Hoy el reto del amor es que cambies tu mirada
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
ORGANIZANDO LA BIENVENIDA
Llevaba ya varias noches durmiendo francamente mal. No sabía lo que me pasaba, y el asunto comenzaba a preocuparme.
De pronto, al hacer la cama por la mañana, caí en la cuenta: lo único que sucedía era que… ¡¡seguía con las sábanas de verano!! ¡Tenía frío!
Admito que quitar las sábanas de verano me cuesta horrores… ¡porque es asumir que llega el invierno! Así que intento aguantar con ellas todo lo posible, como para decirme a mí misma que “aún se está bien así”, ¡pero no es verdad!
Tras mi descubrimiento, cambié las sábanas a otras más cálidas… ¡¡y no sabes lo estupendamente que he descansado hoy!! ¡¡Ahora sí que se está bien!! No me ha quedado más remedio que asumir que el frío llega ya, y que, en vez de cerrar los ojos a la evidencia, ¡es mejor darle una calurosa bienvenida!
Esa ha sido la clave: cambiar mi actitud. Y eso me ha llevado a orar un montón.
Hay muchos cambios que no están en nuestras manos realizar, desde la temperatura que marca el termómetro… hasta el carácter de esa persona que tanto nos cuesta. Pero hay algo que sí que podemos elegir: nuestra mirada.
El Evangelio habla varias veces de la mirada de Jesús, esa mirada que trasmitía amor, paz… Una mirada compasiva, que no juzga. Jesús no solo acepta nuestra realidad, sino que va más allá: ¡¡la ama!!
Cristo te quiere tal y como eres, tal y como estás. No espera que cambies para amarte. Es lo que le sucedió a aquella pecadora pública, o a tantos publicanos y pecadores… se sintieron queridos ahí, en su más oscura verdad. Y ese amor, ¡fue lo que les cambió!
Hoy el reto del amor es que cambies tu mirada. Te invito a que, en tu oración, pongas en manos de Cristo a esa persona que te resulta difícil. Seguro que se te ocurren mil cosas que debería cambiar… ¡pero eso déjaselo al Señor! Hoy pídele ojos nuevos para descubrir algo bueno de esa persona y, sobre todo, para que, al mirarla, no se sienta juzgada, sino querida… ¡¡querida con el amor de Cristo!! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
