Hoy el reto del amor es vivir con los cinco sentidos
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
AL ESTILO DEL RESUCITADO
Tenía que ir a preparar la cena, pero estaba leyendo un artículo de mística tan interesante... “Solo una frase más”, me prometí por tercera vez.
El toque del campanario me alertó de que empezaba a ir mal de tiempo... ¡pero es que el artículo era apasionante! Así que, nada, me fui a cambiar sin dejar de leer.
Atravesé el pasillo, subí la escalera (con un ojo puesto en los peldaños y el otro en la pantalla de la tablet), llegué a mi celda y... ¡¡¡ZAAAAAAAAS!!!
No. No me caí. Le di un puntapié... al barreño lleno de agua que había llevado para regar mi bonsai.
La mística en la mano, una piscina olímpica a mis pies y la cena sin hacer. Catástrofe asegurada.
Por un milagro, me dio tiempo a resolverlo todo, ¡y hasta me sobraron unos minutos para reírme a carcajadas! Porque, realmente, ¡aquello era una experiencia de Pascua!
Yo no quería soltar la mística para ir a la cocina, ¡pero lo mismo les pasó a los discípulos! Cuando María Magdalena se encuentra con el Resucitado, ¡ya no quiere dejarle ir! Tanto que Jesús tiene que decirle “no me retengas”... E, inmediatamente, añade: “Ve a mis hermanos y diles...”. A los apóstoles les ocurrió lo mismo, ¡querían quedarse con Jesús!, pero el Señor les indica: “Id al mundo entero”.
Cristo sale a nuestro encuentro, no para sacarnos del mundo, ¡sino para llenarnos de su Amor y enviarnos a él! El encuentro está llamado a reflejarse en la vida. Porque Jesús sabe que el agua parada se estanca, ¡pero en movimiento es fuente de vida! Lo mismo nosotros: cuando trasmitimos Su amor, no lo perdemos, ¡sino que florecemos!
Al fin y al cabo, Cristo no nos envía solos: ¡promete estar a nuestro lado siempre! Por muy entusiasmada que estuviese con la lectura, creo que una gran mística me habría dicho que... ¡“entre los pucheros también se encuentra al Señor”! (Santa Teresa). ¡Él te espera en la misión que te encomienda!
Hoy el reto del amor es vivir con los cinco sentidos. Comienza el día mirando a Cristo, deja que su Amor te llene y, ¡vive tu jornada entregándote con pasión! No solo para evitar “derramar barreños de agua”... sino porque Cristo ha prometido caminar a tu lado: ¡que tu corazón esté atento para verle en medio de tus tareas! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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