VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE 2

26 « Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre.

27 Comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca; vino el diluvio y los hizo perecer a todos.
28 Lo mismo, como sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían;
29 pero el día que salió Lot de Sodoma, Dios hizo llover fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos.
30 Lo mismo sucederá el Día en que el Hijo del hombre se manifieste.
31 « Aquel Día, el que esté en el terrado y tenga sus enseres en casa, no baje a recogerlos; y de igual modo, el que esté en el campo, no se vuelva atrás.
32 Acordaos de la mujer de Lot.
33 Quien intente guardar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará.
34 Yo os lo digo: aquella noche estarán dos en un mismo lecho: uno será tomado y el otro dejado;
35 habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra dejada. »
36 Y le dijeron: « ¿Dónde, Señor? » El les respondió: « Donde esté el cuerpo, allí también se reunirán los buitres. » (Lc. 17, 26-36)

En los versículos anteriores, Jesús habla de cuándo vendrá el Hijo del Hombre, y aquí nos dice cómo será. Así como aparecerá sin ruido, lo mismo será. Cuando todos estemos haciendo las cosas más ordinaria de la vida: comer, beber, dormir, trabajar, construir, comprar, etc. Quiere decir que “ya”, en cualquier momento, será el fin de todas las cosas y el Reino eterno de Jesús, en su gloria y majestad, aparecerá súbitamente…

El Señor es muy bueno, que nos ha avisado que estemos siempre preparados, con el hatillo de la provisionalidad y lo justo para este momento seguro, pero imprevisible… Estar en vela, es saber que el tiempo de la vida lo hemos de usar sólo para hacer el bien, para amar a los más pobres de cualquier índole, pues ellos son los preferidos de Jesús…

La vigilancia, afecta a las inclinaciones más profundas del hombre, de querer salvar su vida a sus expensas. Y el Señor nos advierte que: “el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la entregue por la causa de Jesús, que es el amor, ese la salvará para la vida eterna…”

Jesús, Hijo de Dios, haznos estar despiertos para recibirte y no usar nuestros talentos para obras y cosas que no valen… Sálvanos Tú, Jesús, de caer en tantas vanidad y pasatiempos, pues tu venida es segura… ¡Que sea también cierto nuestro tiempo para salvar la vida y el alma y glorificarte eternamente!...

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