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AMENAZA A LAS CIUDADES INFIELES

20 Entonces se puso a maldecir a las ciudades en las que se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido:

21 « ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido.
22 Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras.
23 Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy.
24 Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti. » (Mt. 11, 20-24)

Jesús conmina a las ciudades de Galilea cercanas al lago Tiberíades, Corozaín, Betsaida, Cafarnaúm, etc. Porque habiendo recorrido El estos pueblos, curando y sanando toda dolencia y enfermedad y predicando el Reino de Dios, sus habitantes no se habían convertido de su infidelidad. Y Cafarnaúm, ciudad soberbia, incapaz de ver en los signos que hacía Jesús que Dios se había compadecido de su pueblo y les visitaba con su amor, derrochando su gracia… Todos ellos, al final de los tiempos, quedarán en peor situación que las ciudades del Antiguo Testamento Sodoma, Tiro y Sidón, tierras de paganos. Ellos, con los milagros y la Palabra de Jesús, se habrían convertido. Pero las ciudades del pueblo elegido se quedarán fuera del banquete del Reino de los Cielos. Y se cumplió así la palabra de Jesús: “Las prostitutas y los pecadores os llevan la delantera en el Reino de Dios”, porque ellos escucharon la predicación de Jesús y supieron interpretar el don de sus milagros, hasta reconocerlo Hijo de Dios, como le sucedió al centurión romano del Monte Calvario y a muchos otros…

Estas palabras tan duras de Jesús son también para nosotros, que somos la Iglesia, la Esposa de Jesús, a quien tantos cuidados y mimos nos ha prodigado, entregando por nosotros su Cuerpo y su vida y queriendo alimentarnos con su Sangre, hasta el día del encuentro final… Jesús nos ama y sólo quiere que creamos en Él y le confiemos toda nuestra vida, con un abandono y entrega sin condiciones…

¿Cómo nos sentiríamos si un día viéramos a Jesús con una gran tristeza y melancolía por ver su Amor despreciado o menospreciado, después de habernos dado tantas muestras de cariño, o quizás viendo ofendido su Corazón por nuestra inconsciencia u obstinación en no dejarnos salvar y amar por Él?...

¡Dios no lo permita!. ¡Queremos ser fieles amigos de Jesús y vivir en una continua acción de gracias y alabanza!...

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