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LAS TENTACIONES DE CRISTO 2

1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.

2 Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre.
3 Y acercándose el tentador, le dijo: « Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. »
4 Mas él respondió: « Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. »
5 Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del Templo,
6 y le dice: « Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna. »
7 Jesús le dijo: « También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios. »
8 Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria,
9 y le dice: « Todo esto te daré si postrándote me adoras. »
10 Dícele entonces Jesús: « Apártate, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto. »
11 Entonces el diablo le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían. (Mt. 4, 1-11)

SEGUNDA TENTACIÓN.
Viendo Satanás a Jesús sin ningún signo de poder maravilloso y dudando todavía si es Hijo de Dios, le pide que realice a su favor un signo en que todos, hasta el mismo diablo, quedaran maravillados. ¿Pero a quién tiene que demostrar Jesús que es Hijo de Dios? ¿A los incrédulo y escépticos?, ¿a Satanás? Si no creen en su Palabra, que es pronunciada con poder, no creerán ni aunque Jesús quedara suspendido en el aire. Y no ha venido Cristo a hacer milagros para ser admirado, sino que ha venido para salvar a todos y a los más perdidos más. Y lo hace con su Palabra, y con la misma, derrota al diablo que se le insinúa con un salmo, para que caiga en la trampa…

Pedir cosas extraordinarias a Dios es tentarle, es lo contrario del camino de la fe y del abandono en Dios, que es el que ha elegido el Hijo de Dios al hacerse hombre y el Padre le ha encomendado. El hombre no puede, no debe poner en el banquillo de los acusados a Dios, cuando las cosas no salen como él desea. La certeza de que Dios todo lo hizo y lo hace y lo hará muy bien, es la seguridad de los creyentes y en la que se están salvando.

“No tentarás al Señor, tu Dios”. Nunca pedir cuentas y explicaciones a Dios para que se justifique… si conociéramos un poco quién es Dios, estaríamos siempre adorando, sin comprender, sus designios de amor…. Es verdad que Jesús aparece a veces rodeado de cosas extraordinarias, como cuando caminó sobre las aguas y se transfiguró en luz en el monte, pero lo hizo para fortalecer la fe de sus discípulos ante el escándalo de su muerte y humillación espantosa. Quería decirles: “Yo soy Dios, ya lo veis y sin embargo, mi vida y muerte va a ser muy dura para vuestra razón, pero tenéis que creer en Dios y también en mí, porque todo esto no lo podéis aceptar ni entender sin una luz del Espíritu Santo”…

Estos eran los verdaderos adoradores, los que se guían por el Espíritu… También Jesús resucitó a muertos y curó a enfermos, pero lo hizo movido por una infinita compasión que lo traspasaba; pero en beneficio propio, ¡no hizo nada!... Qué gran lección para nosotros que buscamos muchas veces primeros puesto y no ser “uno de tantos” o “un hombre o mujer cualquiera”…

Jesús no se tiró desde el alero del Templo porque en la oración había sido fortalecido para cumplir en todo con la voluntad del Padre: había elegido un Mesías sufriente, ser un grano de trigo que muere para dar mucho fruto, una vez bien enterrado. Su gloria está en el cielo y no en la tierra. “Me reino no es de este mundo”.
¡No pidamos a Dios cosas extraordinarias, confiemos ciegamente en Él!...

LAS TENTACIONES DE CRISTO 3
Derrotado Satanás por Jesús, va a la desesperada, ya no cita la Palabra de Dios, ya no le tienta con los bienes materiales, ahora le pide la adoración, que se arrodille ante él y le confiese: “verdaderamente tú eres Dios porque tienes mucho poder en todos los reinos de la tierra…” Pero no hay connivencia, ni la habrá, entre Dios y lo que no es Dios. Sí que hay comunión entre Dios y los que llevan su imagen en el alma, que no ha sido empañada por el pecado de soberbia acariciado una y otra vez, y por la mentira a ultranza, que tiene su sede en el mal, y por la gana de destruir a Dios de la vida….

¡Misterio este insondable del mal en el mundo que está en el corazón humano! ¡Sólo Dios, sólo Dios y su adoración y culto es lo que salvará al hombre de su radical miseria y alejamiento de todo lo divino!…

Todos los poderes del mundo son los hilos de la trama que mueve Satanás y en ellos enreda, una y otra vez, a los que quieren ser algo fuera de Dios, lejos de su órbita misteriosa y sin aparente relevancia en nuestra vida…

Y Jesús vuelve a citar la palabra de Dios: “Al Señor tu Dios adorarás y a Él sólo darás culto”, “vete Satanás”, porque en este programa de vida, tú no tienes cabida. “Y lo dejó el diablo…” hasta otra ocasión, que como sabemos, fue en Getsemaní…

¡Señor, no nos dejes caer en la tentación y líbranos del Maligno!

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