SI QUIERES SEÑOR, PUEDES LIMPIARME
40 Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme»
41 Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio.»
40 Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme»
41 Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio.»
13 Entonces aparece Jesús, que viene de Galilea al Jordán donde Juan, para ser bautizado por él.
14 Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: «Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?»
35 Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos.
36 Fijándose en Jesús que pasaba, dice: «He ahí el Cordero de Dios.»