22 de Febrero—CÁTEDRA DE SAN PEDRO

FIESTA

                                                        

I Pe. 5,1-4

1 A los ancianos que están entre vosotros les exhorto yo, anciano como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que está para manifestarse.

2 Apacentad la grey de Dios que os está encomendada, vigilando, no forzados, sino voluntariamente, según Dios; no por mezquino afán de ganancia, sino de corazón;

3 no tiranizando a los que os ha tocado cuidar, sino siendo modelos de la grey.

4 Y cuando aparezca el Mayoral, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.

        

                      -     La carta va dirigida a las comunidades, a todos sus miembros “entre vosotros”.

(v. 1)            -     Pedro se dirige ahora a los ancianos y él se designa a sí mismo como uno de ellos. “Anciano” es un cargo y designa el sacerdocio ministerial, distinto al (2,5), “sacerdocio santo” de todos los cristianos.

                   -     “Así pues” designa exhortación: han de practicar el bien en el cumplimiento diario del deber y con la esperanza en la gloria eterna, han de convencerse de la necesidad de la cruz.

(v. 2)            - “Apacentad” (Jn 21,16). En el A.T. se hallan ideas semejantes que implica, soberanía de rey y guía comprensiva (Is 44,28; Ez 34,13). Han de dar al rebaño el alimento espiritual, como Jesús (Mc 6,34). Se cuidará de los pequeños y buscará a los extraviados. Y llegará a estar dispuesto a dar la vida por sus ovejas. Pedro parece ser consciente de su posición privilegiada. ¿No se percibe aquí la estructura jerárquica de la Iglesia?.

                    -     Pone aquí Pedro, tres exhortaciones particulares: en cada una, se contrapone la imagen del mal y buen pastor. La 1ª) presupone la institución de los ancianos, oficialmente, que no se les impuso a la fuerza pero que a lo largo de los años el cargo podía haberse convertido en carga. “De buen grado”, es decir: cumplimiento del deber gozoso, voluntario y espontaneo: “según Dios”, en unión con la voluntad divina (Jn 10,11).- La 2ª): “No por sórdida ganancia”, por aprovecharse. Parece que se daba el abuso del clero a costa de la comunidad. Pedro, no rechaza la remuneración de los ancianos por la comunidad (Mt 10,10), pero sí la codicia de los clérigos. 3ª) El anuncio de la Palabra y la administración de los sacramentos han de prestarse “con generosidad”, sin exigir honorarios. La misión del pastor es “apacentar, no como dictadores sobre su lote". En el A.T. esta palabra designaba la tierra que tocó en suerte como patrimonio a las tribus de Israel. Pero también Israel, es “la heredad de Dios”, así que la comunidad es propiedad de Dios y no patrimonio de los ancianos. Un segundo significado se refiere al “grado jerárquico”, es decir, que tanto a clérigos como a laicos se les ha asignado un puesto. Los primeros, han de dar ejemplo de fiel cumplimiento del deber, por delante de los fieles, como Cristo (2,21) en la humildad y en el servicio, (Mc 10,44).

(v. 4)            -     “Mayoral”, designa una profesión. Este, recibe sus encargos de un señor rico que posee grandes rebaños. Y a su vez él tiene otros pastores que están bajo su vigilancia. Cristo es el mayoral, “el supremo pastor”, como cabeza de los ancianos. Estos, según su solicitud, serán recompensados. Porque el rebaño no es suyo, sino de Cristo. (Jn 10,29; 21,16). Aquí asoma el misterio de la sucesión apostólica. Lo sorprendente aquí, es que Cristo, que ha recibido del Padre el cuidado del rebaño, lo confíe a su vez a hombres débiles.

                   -     San Pedro no habla con la imagen escueta del sueldo que el mayoral paga a los pastores, sino que pasa a la imagen regia de la coronación: la alegría y el triunfo de la realeza. A los pastores que hayan sido fieles les propone “una corona inmarcesible de amaranto” (planta de jardín con flores oscuras que cuelgan muy largo, “moco de pavo” en España). Esta planta es símbolo de la gloria imperecedera de Dios, de la que ellos serán partícipes. Se echa una mirada al triunfo eterno. Todos los defectos del clero, de que se habla en (5,2s) parecen olvidados e irrumpe la elevación de ánimo, fundada en el poder de la redención de Cristo.

Mt. 16, 13-19

13 Ellos volvieron a comunicárselo a los demás; pero tampoco creyeron a éstos.

14 Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les echó en cara su incredulidad y su dureza de corazón, por no haber creído a quienes le habían visto resucitado.

15 Y les dijo: « Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación.

16 El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.

17 Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas,

18 agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien. »

19 Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.

(v. 13-14)    -     Tenemos un episodio importante en la vida de Jesús y los Evangelios consignan el lugar en que ocurrió dicha escena: Cesarea de Filipo, ciudad construida por Filipo, hijo de Herodes I, en el Monte Hermón, al norte de Palestina.

                      -     Aquí pregunta Jesús a sus discípulos quién es El, no a la gente, a los defuera. Herodes ya dijo que era Juan Bautista (14, 2); Elías era muy venerado en el pueblo y se esperaba su regreso como precursor del Mesías (Mal. 3, 1s); Jeremías también gozaba de gran reputación. A Jesús se le incluía en la categoría de lo más excelso según el pensar de Israel. No les pregunta de lo que piensan sus enemigos declarados (12, 24s.) sino lo que dice lagente.

(v. 15-16)    -     Aquí se pregunta a todos los discípulos pero uno, Pedro, es el portavoz, dice lo que piensan todos de El: El esel Mesías, es decir, el plenipotenciario de Dios, el último enviado después de todos los profetas y nadie después le puede superar, es la última palabra de Dios y según la fe de los rabinos, trae la válida interpretación de la Torah, es la gran señal que Dios pone en el mundo.

                      -     Y Pedro añadeel Hijo de Dios viviente. Ya lo oímos antes de ellos (14, 33), todos lo saben, saben que Jesús se relaciona con el Padre (11, 27),

(v. 17-18)    -     Y aunque Pedro contesta por todos, Jesús se dirige a él solo y lo hace con una bienaventuranza (5, 3) (11, 6) (13, 16) ya hemos oído decir, pero ahora es a uno solo, al primero de los apóstoles, por las palabras que acaba de pronunciar. Lacarne y la sangre, la capacidad terrena del hombre débil no ha dado origen a este conocimiento, el mismo Dios se lo ha inspirado de lo alto y a quien tiene se la añade aún más (13, 12). Pedro dió un paso desde una fepequeña cuando anduvo sobre las aguas, pero estaba en camino y este camino lleva a la plenitud de la fe, conoce el misterio más íntimo del Reino de Dios. Esta Bienaventuranza es también glorificación de Dios que ha dado este conocimiento a la gente sencilla (11, 25).

                      -  “Tu eres Pedro no significa que éste adquiera un nombre sino que él debe de serpiedra”. El libro de los Salmos gusta de llamar a Dios: roca, apoyo seguro, garantía de fidelidad y firmeza y Simón ha de ser esa roca sobre la que Jesús quiere edificar su Iglesia. También coge la metáfora de construir (Am. 9, 11) (Sal. 126, 1). Como en otro tiempo Dios se construyó una Casa en el monte Sión, hoy Jesús quiere edificarse su Iglesia sobre la roca de Simón, sobre hombres vivos. Esta Iglesia será la nueva comunidad de Israel: Ami Iglesia@, porque es la profesión de fe en Jesús la que los congrega.

                      -     A esta fundación Jesús promete una duración estable. Las puertas del reino de la muerte no tienen dominio ante esta institución de Jesús (Rm. 6, 9), pues Jesús ha vencido al pecado y a la muerte, por tanto nosotros estamos en El, porque ha pagado con su sangre un precio por nosotros (20, 28; 26, 28).

                      -     Con estas Palabras de Jesús, la Iglesia tiene motivo para sentir una confianza ilimitada en Dios y en su Cristo,primicia de los que han muerto (I Cor. 15, 20).

(v. 19)     -     La segunda parte de la promesa que hizo Jesús a Pedro habla dellaves del Reino de los Cielos y deatar y desatar. El tema principal del mensaje de Jesús es el Reino de Dios. Se compara a una ciudad o una casa que se cierra y abre por llaves y que tiene un portero. Este es Pedro. Dios o el Mesías se desprenden de este cargo que les es propio y lo confieren al hombre ¡qué gran dignidad la del hombre para Dios, qué en serio le toma!

                      -  “Atar y desatar es terminología rabínica que significa declarar falsa o verdadera una doctrina o también poder de excluir (excomulgar) a alguien de la comunidad o acogerlo en la misma. He aquí Pedro con los dos poderes en la Iglesia de Cristo. Y este veredicto tiene ahora validez en el cielo, ante Dios: tarea divina (18, 18). Este poder es para todos los apóstoles: Pedro es el primero entre los otros (Ef. 2, 20). Y este orden hasta la Parusía del Señor. Este oficio es parte de los dones salvíficos.

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