2 DE FEBRERO - PRESENTACIÓN DEL SEÑOR

FIESTA

Mal 3,1-4

1 He aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí, y enseguida vendrá a su Templo el Señor  a quien vosotros buscáis; y el Angel de la alianza, que vosotros deseáis, he aquí que viene, dice Yahveh Sebaot.

2 ¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién se tendrá en pie cuando aparezca? Porque es él como fuego de fundidor y como lejía de lavandero.

3 Se sentará para fundir y purgar. Purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como el oro y la plata; y serán  para Yahveh los que presentan la oblación en justicia.

4 Entonces será grata a Yahveh la oblación de Judá y de Jerusalén, como en los días de antaño, como en los años antiguos.

 

              -       El precursor de Yahvé  (Is. 40,3)  será identificado con Elías (Ml 3,23; Mt. 11,10). Mt. aplica este texto a Juan Bautista, nuevo Elías (Mt. 11,14; Mc 1,2). 

(v.1-4)      -    El ángel de la Nueva Alianza no es el precursor del que se ha hablado más arriba, porque su llegada al Templo es simultánea a la de Jahvé. Se trata sin duda de una designación misteriosa del mismo Jahvé, con referencia implícita a (Ex 3,2; 23,20; Gn16, 7). Mt 11,10 invita a interpretarlo de Cristo.

                     -       Malaquías, lo mismo que Lucas en su Evangelio, está muy preocupado por la decadencia del Templo. Su profecía se refiere al sacerdocio y a su incapacidad para ofrecer un culto válido.

                                                                                        

Hb 2,14-18 

14 Por tanto, así como los hijos participan de la sangre y de la carne, así también participó él de las mismas, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al Diablo,

15 y libertar a cuantos, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud.

16 Porque, ciertamente, no se ocupa de los ángeles, sino de la descendencia de Abraham.

17 Por eso tuvo que asemejarse en todo a sus hermanos, para ser misericordioso y Sumo Sacerdote fiel en lo que  toca a Dios, en orden a expiar los pecados del pueblo.

18 Pues, habiendo sido probado en el sufrimiento, puede ayudar a los que se ven probados.

 

                     -       La carne y la sangre son los distintivos de la existencia terrestre, son las esferas de la muerte.

(v. 14-15)   -       La carta a los Hebreos considera la muerte como un hecho antinatural, contrario a Dios, como prueba de que el mundo está bajo el dominio del diablo. La certeza ineludible de la muerte produce temor y no permite que surja en el hombre el sentimiento de verdadera libertad. Por eso se ha dicho que esta descripción de la situación humana responde a una concepción existencial de la vida.

(v.16-18)    -       Y en estos vv. llega la carta a su auténtico tema. En el Hijo de Dios, que tomó carne y sangre y se hizo semejante a nosotros en todos los aspectos, se nos ha dado un Sumo Sacerdote, en cuya misericordia y fidelidad  podemos apoyarnos. Él mismo sufrió (cosa que nosotros tememos); Él fue tentado  ( y superó la tentación, cosa que nosotros no podemos decir siempre de nosotros mismos); tiene poder para ayudarnos cuando nadie puede ayudarnos, en la soledad del pecado y de la muerte. Y algo que no debemos tampoco olvidar: la tentación en sentido bíblico no amenaza sólo cuando nos atrae algo prohibido, sino también -y esto es con frecuencia todavía peor- cuando el hombre se ve asaltado por el desaliento y por la sensación abrumadora de vacío total o por la desesperación que surge de la angustia inherente al vértigo de pecado de la vida del hombre.

Lc. 2,22-40

22 Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén  para presentarle al Señor,

23 como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor

24 y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.

25 Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo.

26 Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor.

27 Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él,

28 le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

29 « Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz;

30 porque han visto mis ojos tu salvación,

31 la que has preparado a la vista de todos los pueblos,

32 luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel. »

33 Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él.

34 Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: « Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -

35 ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones. »

36 Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido,

37 y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones.

38 Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

39 Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.

40 El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él.

     

(v  22-24)   -    La Ley de la Purificación estaba establecida en (Lv 12,1-4). También con Jesús, se practicó la Purificación que aquí tal vez signifique “consagración”. La Ley ordenaba acerca del primogénito (Ex 13,12). Y esta cesión tenía por objeto recordar la acción salvadora con que Dios sacó maravillosamente a Israel de la miseria de Egipto (Ex 13,14s). Los animales se ofrecían en sacrificio; el hijo primogénito varón era rescatado por cinco siclos (moneda judía). Este precio se podía pagar en todo el país a cualquier sacerdote. María hizo la ofrenda prescrita para la purificación: un cordero de un año, en holocausto y un pichón o tórtola como sacrificio expiatorio. Los que eran pobres ofrecían un “par de tórtolas o dos pichones”, uno en holocausto y otro como sacrificio expiatorio. María hizo la ofrenda de los pobres.

                     -    Jesús fue llevado al Templo para ser “presentado” y así ser consagrado, es decir, declarado posesión de Dios. (I Sam 1,28) Samuel era un hombre consagrado a Iahvé, Juan Bautista lo mismo y Jesús por nacer de la Virgen en virtud del Espíritu Santo (1,35) es todavía más consagrado a Dios, es el Santo de Dios, entregado al servicio de Dios.

(v. 25-26)   -    Como los pastores en Belén publican la grandeza del niño recién nacido, así también en el Templo, dos figuras de profetas, Simeón y Ana, iluminados por el Espíritu Santo dan testimonio del significado salvífico de este niño. En Simeón, la piedad del A.T. produjo abundantes frutos, era fiel a la Ley y temeroso de Dios. El temor de Dios había dado impronta a su conducta. El aguardaba la salud mesiánica (Is. 49,13). Simeón es profeta por la acción del Espíritu Santo y aventaja a los demás profeta pues antes de morir verá al Ungido del señor.

(v. 27-28)   -    Los padres de Jesús, a través de Simeón, reciben la revelación profética del niño. Simeón, lleno de fe, “tomó al niño en sus brazos y bendijo a Dios”. Es la imagen del que ha recibido la salud. El comienzo de esta acogida es la fe y el fin es la alabanza de Dios, la bendición del dador de toda bendición.

(v. 29-32)   -    Este canto vespertino de la vida de Simeón está sostenido por las palabras y el espíritu del libro de Isaías. Los hombres iluminados por el Espíritu Santo saben interpretar rectamente la Escritura y juzgar acerca de los acontecimientos salvíficos.

                     -    Dios es Señor, el hombre es siervo. La vida es una dura servidumbre. Quizás hubo de soportar Simeón vejaciones por causa de sus esperanzas mesiánicas. La muerte acabará con esta servidumbre y se ha realizado el anhelo de su vida (10,23). Puede partir con el corazón satisfecho y en paz, su vida está llena.

                     -    Este niño Jesús, es el “Salvador” (Is. 52,10). El niño que Simeón lleva en los brazos es una “luz para iluminar las naciones” (Is. 60, 1-3; 49,6; 42,6). Más allá de Israel ilumina también a los pueblos gentiles.

                     -    Era inevitable que Israel recibiera gloria por Jesús. De Él dimana el resplandor de Dios (Is. 3,6) (Act 28,28).

(v. 33)         -    También María y José, tienen necesidad de la palabra reveladora para poder comprender lo que Dios ha hecho en Jesús para los hombres (Ef. 3,8) y ellos “se maravillan y se asombran” penetrados del respeto y reverencia que descubre su fe en las profundidades de la sabiduría y amor divinos.

(v.. 34-35)  -    María y José, llevaron bendición a Simeón en el niño y el anciano profeta bendice a los padres a cambio. Jesús es una figura en que se cifra la decisión: (Is. 8,14s; 28,16): el que es uno con Él, se ve salvado, el que está en contradicción con Él, cae en la perdición. En el juicio, no salva la pertenencia a Israel, sino la decisión por el signo erigido por Dios: es objeto de contradicción (Rm 10,21; Is 65,2; Act 7, 51).

                     -    María está incorporada a la suerte de Jesús: “y a ti…” “una espada te atravesará el alma”: los ataques a Jesús, serán dolor para su corazón. No se habla todavía de la cruz, pero es la última consecuencia de la contradicción. Y el fin de todo esto es “para que queden patentes los pensamientos de muchos corazones” (Jn 3,19). El Dios encarnado sería objeto de contradicción y más el crucificado. Jesús y María no se deben separar ya.

(v. 36-38)   -    Al profeta, se añade la profetisa Ana = “Dios se ha compadecido”. Israel tuvo siempre mujeres dotadas de espíritu (Jn 3,2; Act 2,18). Fanuel = “Dios es luz”; Aser = “felicidad”. Lo que significan estos nombres, emanan de las personas y de sus palabras y lo sumerge todo en alegría, gracia y favor de Dios.

                      -   Ana como Simeón está formada por la piedad del A.T., era ordenada y casta, centenaria, dedicada a la oración y visitas en el Templo, ayuno noche y día: vivía completamente para Dios. Ana es el modelo de las viudas cristianas (I Tm 5,5)

(v. 38)         -    Ella es testigo de la gran hora de gracia. Con la luz del Espíritu Santo, reconoce al Mesías en el niño que lleva María y así se convirtió en apóstol cuyos límites son la mayor o menor disposición a aceptar su mensaje. Jesús es la liberación de Israel (1,68.71; 24,21).

                     -    La historia de la infancia ha llegado a su culmen (Mal 3,1). Este día es día de juicio (Mal 3,2.4), la plenitud sucederá más tarde cuando Jesús sea “elevado” en Jerusalén, entonces se reunirán todos los pueblos, en torno a la señal de Cristo.

(v. 39)         -    Pasada esta gran hora de Jerusalén, es llevado Jesús de nuevo a Galilea, a su ciudad, una vez más, bajo obediencia a María y a José (Gal 4,4), su vida es un despojarse de la gloria de Dios mediante la vida obediente.

(v. 40)         -    Todo hombre precisa sabiduría y gracia de Dios  (I Tes 5,23). Jesús crecía en desarrollo mental y sobre El reposa el favor de Dios (1,80), también en Juan Bautista, pero Jesús era más grande que Juan ya desde la infancia.

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