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JESÚS, EL CRUCIFICADO, HA RESUCITADO

1 Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. 

2 De pronto se produjo un gran terremoto, pues el Ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella. 

3 Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve. 

4 Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos. 

5 El Ánge se dirigió a las mujeres y les dijo: «Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado; 

6 no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba. 

7 Y ahora id enseguida a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis." Ya os lo he dicho.» 

8 Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos. 

9 En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «¡Dios os guarde!» Y ellas, acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron. 

10 Entonces les dice Jesús: «No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.» (Mt. 28, 1-10)

 

Y dando un salto abismal, desde la humillación más horrenda del Hijo de Dios, a la exaltación infinita de su Gloria, nos situamos junto con la Palabra de Dios en la Resurrección de Jesucristo, el Crucificado. ¡Éste, es un gran Misterio que, nos ha sido revelado por la gracia y la misericordia de Dios hacia nuestro pequeño ser!

Nosotros, también junto con las mujeres, vamos en busca de un muerto. Y es que, en muchos momentos,nuestras obras muertas, nos sumen en la tristeza y la desesperanza. Y también, Jesús, tiene que aparecérsenos de mil modos, como sólo Dios sabe hacerlo, y nos dice: “!Alegraos, Alégrate, porque donde está la Vida, no hay cabida para la muerte!”. Y, “abandonando todo lo que queda atrás, me lanzo hacia lo que está por delante”. Me parece que, en seguimiento del Resucitado, ya no ando ni corro, sino que vuelo,“aprisa”. Y, es que, la lentitud en tan Gran Noticia, es contrario a la gracia del Espíritu Santo. Jesús, va delante de nosotros y en esta gran carrera lo veremos y el corazón nos saltará de alegría y acción de gracias,con infinitas alabanzas.

Éste, es el gran acontecimiento culmen de nuestra fe en Jesús. La Resurrección de Cristo, da sentido a todo el Misterio de su Encarnación, su Vida, sus milagros y su Pasión y Muerte. El amor de Jesús a Dios-Padre,envuelve toda su Vida, y también quiere impregnar la nuestra. Pues, si no entendemos que, todo lo hizo Jesús por Amor, estamos muy lejos de comprender el Misterio de la Resurrección de Cristo. Si caminamos en el Amor que, nos enseñó Jesús, estamos lanzados hacia la Vida Eterna que, Él, nos ha merecido. “Buscamos los bienes de allá arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Aspiramos a los bienes de arriba, no a los de la tierra, porque nuestra vida, está escondida con Cristo en Dios”. “Escondernos en Jesús Resucitado”, he aquí la clave para llegar al cielo. ¡No, no, que no son mis obras de justicia las que me salvan, sino la fe en Jesús Resucitado,  y un Amor que, actúa movido por esta misma fe.

¡Jesús, creemos que resucitaste del sepulcro por tu propio poder y por el del Padre! ¡Y así, te glorificaba ante todas sus criaturas, para que todas, den gloria al Hijo, como se la damos al Padre!

Nuestra vida, está llena de esa búsqueda incansable del Resucitado. Tanto en los acontecimientos prósperos,como en los adversos, Él, está ahí con su Voz inconfundible: “¡No temas nada, Soy Yo que, he resucitado por ti y para ti; Y para que tengas vida, he sufrido y he vivido por ti y para ti, para que junto a Mí, envuelto por mi gracia, no vuelvas a pecar y no quieras extender de nuevo tu mano al “árbol de la vida”; “Yo, he vuelto a abrir las puertas del Paraíso, y no como a vuestros primeros padres, a quienes puse a prueba”. “Ahora, soy Yo el que te tomo de la mano y me paseo, con amor, contigo por el jardín del Edén y no en la brisa de la tarde, sino eternamente, sin riesgo de volver para atrás” “Yo soy tu Dios y Señor y te amo, ven conmigo a la Resurrección, a la Vida Eterna”.

¡Oh Jesús, qué gozo el oír tu Palabra divina que me atrae hacia Ti!

¡Mi Dios, no permitas que en esta breve vida en la tierra me aparte de Ti! ¡Te deseo y te amo Jesús! ¡Amén!¡Amen!

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