DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO
CICLO C
EL AMOR A DIOS Y AL PROJIMO -LA LEY-
Dt. 30, 10-14
10 si tú escuchas la voz de Yahveh tu Dios guardando sus mandamientos y sus preceptos, lo que está escrito en el libro de esta Ley, si te conviertes a Yahveh tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
11 Porque estos mandamientos que yo te prescribo hoy no son superiores a tus fuerzas, ni están fuera de tu alcance.
12 No están en el cielo, para que hayas de decir: « ¿Quién subirá por nosotros al cielo a buscarlos para que los oigamos y los pongamos en práctica? »
13 Ni están al otro lado del mar, para que hayas de decir: « ¿Quién irá por nosotros al otro lado del mar a buscarlos para que los oigamos y los pongamos en práctica? »
14 Sino que la palabra está bien cerca de ti, está en tu boca y en tu corazón para que la pongas en práctica.
(v. 10)
-El mandamiento principal de la ley es amar a Dios con todo el corazón y con toda el alma. Pero para cumplirlo necesitamos convertirnos, escuchar su voz. Es el “SEMÂ ISRAEL” = Escucha Israel, tan repetido a los largo del Antiguo Testamento (Dt. 6, 4-9) (Sal. 94) (Sal. 80). Jahvé circuncidará nuestro corazón arrancándonos su natural dureza (30, 6) (10, 12ss.). Todo nuestro ser tiene que estar vertido hacia El para sentirnos felices y benditos de Dios: cuerpo, alma y espíritu.
(v. 11)
-Y esta ley no excede nuestras fuerzas porque está inscrita en nuestros corazones. Este tema es frecuente en la literatura sapiencial (Jb. 28) (Qo. 7, 29) (Si. 1, 6) (Ba. 3, 15), la inaccesibilidad de la sabiduría, fuente de felicidad pero accesible porque Dios nos la ha revelado en la Ley (Si. 24, 23-24).
(v. 12-14)
-Dios ha gravado su Ley, su Amor en nuestros corazones y no necesitamos subir al cielo, ni bajar al abismo para saber la voluntad de Dios sobre nosotros. Dios mismo nos habla en lo interior de la conciencia.