Hoy el reto del amor es pararte a orar cinco minutos y pedirle al Señor que te muestre la grandeza de su creación
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
LA DIVERSIDAD
Estos días, en la capilla, debajo del altar, han puesto una planta que me parece muy curiosa. Lo que tiene de diferente es que las flores que da no suben para arriba, sino que caen para abajo.
Cuando paseo por la huerta, lo normal, aunque hay excepciones, es ver la flor hacia arriba: los rosales, los lirios, los tulipanes... pero esta planta me lleva al Señor porque me hace ver que la lógica de Cristo no es mi lógica.
Donde yo pienso que hay que tirar por la derecha, porque todo parece apuntar así... de repente algo surge y se marca otro camino. Y es que esta planta me recuerda que a Cristo no le puedo encasillar en mi cabeza, que Él es mucho más que todo esto. Que Él ve mi vida en su totalidad y que siempre me da lo mejor para cada momento.
También cuando miro la planta me doy cuanta de la fuerza creadora del Señor: nunca hace dos cosas iguales. Nosotros, cuando actuamos, no creamos sino que copiamos. Solo Él crea y de una manera continuamente nueva. De aquí la riqueza entre nosotros, que no somos ninguno iguales. A cada uno nos ha pensado y creado desde su infinito Amor, y ha puesto dones en cada uno, para que les descubramos y con ellos seamos felices.
Pero esta diversidad a veces es un problema a saber tratar, porque cuántas veces queremos que el otro sea como yo, o haga lo que yo digo, y, en cambio, en la diversidad está la riqueza.
Pero el Señor, una cosa que hace con nosotros, es tratarnos con respeto: nos mira a cada uno de una manera exclusiva, piensa en cada uno, y esto es lo que nos hace especiales. Esta riqueza de la diversidad tenemos que aprender a descubrirla para encontrar el tesoro que esconde. Si Dios nos ha creado distintos es porque es lo mejor para nosotros y para nuestra felicidad. Por ello, en la diversidad está la felicidad.
Si miramos el grupo de los apóstoles, todos eran muy distintos y Jesús a cada uno lo llamó por su nombre, a cada uno le encomendó una misión y así, entre todos, nació la iglesia. En la diversidad hay un tesoro escondido.
Hoy el reto del amor es pararte a orar cinco minutos y pedirle al Señor que te muestre la grandeza de su creación en lo que te rodea, pídele sus ojos para verlo desde Él.
VIVE DE CRISTO
Pd: PULSERA-DETENTE
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¡Feliz día!
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