Hoy el reto del amor es sonreír desde dentro a tres personas y dejar que la vida brote y se contagie
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
EL PODER DE UNA SONRISA
Cuando vamos al refectorio a comer, hay una hermana encargada de servir el pan: pasa por cada sitio y te corta el trozo que quieres. He observado que, cuando le digo que quiero pan, le cambia la cara con una sonrisa que me cambia el día. Muchas veces no quiero pan pero, por la sonrisa, merece la pena comer pan.
¡Qué fuerza tiene este gesto sencillo! Cuando vemos a alguien sonreír, te sientes mejor a su lado, te transmite amabilidad, confianza. Ves que el amor está en ese rostro. Pero lo mejor de una sonrisa es el efecto espejo que hace en las otras personas. Cuando tú sonríes a alguien, el que la recibe acaba sonriendo. Y es que el amor se contagia, la vida se contagia.
Jesús transmitía vida con Su mirada, con Su rostro. La vida de Jesús nacía de dentro e irradiaba hacia fuera. Como en un árbol: si sus raíces no están fuertemente agarradas y nutridas, no pueden llevar vida a las ramas y, por lo tanto, no hay hojas ni fruto. Mientras que un árbol que su savia es fresca, la irradia hacia el tronco y así nacen ramas nuevas, hojas y frutos. De igual modo, la vida no está fuera de nosotros, sino dentro de nosotros. Jesús vive en ti, tú eres templo del Espíritu Santo; por ello, desde dentro puedes dar vida hacia fuera. La fuerza de Jesús estaba en su relación con Su Padre y el Espíritu Santo. Nos narra el Evangelio que de Jesús nacía una fuerza interior que los curaba a todos.
Hoy el reto del amor es sonreír desde dentro a tres personas y dejar que la vida brote y se contagie; mira su cara y verás que también te sonríen.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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