HOY VIVE DE CRISTO POR MEDIO DEL SALMO RESPONSORIAL

SALMO RESPONSORIAL

Día 12 de febrero, domingo VI del Tiempo Ordinario, ciclo A
Salmo 118, 1-2.4-5.17-18. 33.34
Dichosos los que caminan en la voluntad del Señor

Dichoso el que con vida intachable, camina en la voluntad del Señor;
Dichoso el que guardando sus preceptos lo busca de todo corazón.
Tú promulgas tus decretos para que se observen exactamente;
¡Ojalá esté firme mi camino para cumplir tus consignas!
Haz bien a tu siervo: viviré y cumpliré tus palabras;
Ábreme los ojos y contemplaré las maravillas de tu voluntad.
Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes y lo seguiré puntualmente;
Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón.

La primera lectura del libro del Eclesiástico, que es un libro que contiene la sabiduría de Israel, nos trae unas reflexiones sobre la libertad y el pecado. Para la fe de Israel el mandato del Señor no es una losa impositiva, sino la posibilidad de escuchar y seguir la Palabra de Dios, que es rica y da sentido a la propia vida. El hombre es libre ante sus opciones, es responsable de sus actos. Dios conoce todo, sabe de antemano lo que elegiremos. Nos presenta dos caminos que son excluyentes: o eliges uno o eliges el otro. Sin embargo no da lo mismo elegir uno u otro, porque se derivan resultados muy diferentes como nos dice el autor del Eclesiástico.
Respondemos a esta lectura con el salmo 118, que tiene muchas singularidades dentro del conjunto de salmos que componen el salterio; es el más largo de todos, es el más simétrico, el más concentrado en torno a un tema: la ley…
Usa la técnica alfabética o acróstica pero no como habitualmente se usa; esto es, iniciando cada verso con una letra del alfabeto hebreo, sino que cada letra se repite en los 8 versos consecutivos de una estrofa, tiene por tanto, 22 estrofas de 8 versos cada una. Lo componen pues, 176 . El tema único es la Ley, de tal modo que aparece en todos los versos, menos en uno, bien la palabra ley o alguno de sus múltiples sinónimos, lo que constituye una riqueza para el conjunto del salmo. La estructura del salmo está condicionada por este procedimiento artístico, que a la vez es un recurso pedagógico. Cada verso tiene autonomía y se relaciona con el resto por el tema único: la ley, sus excelencias, sus ventajas, el amor y deseo de la misma que el autor tiene y refleja. Pero esto no resulta monótono debido que a pesar de tanta repetición, gracias a la cantidad de sinónimos del término Ley y a los paralelismos y yuxtaposiciones, cada frase tiene alguna variante.
La Ley en el salmo, no es lo que hoy uno puede imaginarse al oír esta palabra: un código de normas, letras muertas; sino que la Ley en el salmo abarca la entera revelación de Dios puesta al servicio de los hombres. Dios está cercano en la Ley, que se hace revelación de Dios, no solo en el pasado, sino que lo está haciendo continuamente. Dios se revela en la Ley hoy. La Ley es luz, fuerza, es la gracia de la presencia activa de Dios en el corazón.
En las situaciones más diversas, buenas y adversas la Ley acerca a Dios y abre un camino a su benéfica presencia. La Ley también aparece como la síntesis de la sabiduría revelada por Dios a su pueblo. El salmo tiene por tanto matices sapienciales, pero también aparece en algunos momentos como himno de alabanza, en otros como oración o súplica. Podíamos decir que abarca todos los géneros o sea también es el salmo que tiene más géneros.
Cada una de las estrofas hubiera sido muy apropiada para responder a esta 1ª lectura de hoy y para corroborar lo que nos dice Jesús en el Evangelio, porque “la ley del Señor es perfecta y es descanso del alma”, Él no ha venido a abolirla sino a darle plenitud, hacerla viva y que nos de Vida.
A pesar de que Israel había recibido la revelación y conocía que la ley del Señor le acercaba a El, los dirigentes se habían desviado hacia la importancia de la materialidad, olvidando el espíritu de bondad y confianza en Dios que dimanaba de la Ley, y se desvivían por seguir a rajatabla la normativa externa de cada mandato o prohibición. Jesús viene a dar plenitud, a dar la interpretación verdadera a la ley. “Ama y haz lo que quieras”, lo traducirá San Agustín. El amor es la plenitud y la perfección de la ley. “El que ama tiene cumplido el resto de la ley”.
También San Pablo dice que enseña una sabiduría divina, escondida y misteriosa, predestinada por Dios para nuestra gloria. Es una sabiduría que lleva a la gloria, pero no tenemos ni idea, no podemos imaginar la grandeza del Don que Dios nos tiene preparado, si elegimos amar a Dios y el camino del Bien. Y Dios nos lo revela por el Espíritu Santo. No somos necios si contestamos con una bendición a las injurias, si elegimos el camino de perdonar y olvidar, de pedir perdón y restaurar la paz y la unidad; es la sabiduría que Jesús ha traído al perfeccionar la Ley.

Imprimir Correo electrónico

ImagenCookies

Hola! ¡Bienvenido a la página web del monasterio de san Blas! Nos encanta verte por aquí y esperamos que este sitio sea un lugar donde puedas encontrarte con Jesucristo Resucitado. Tan sólo queremos pedirte un favor: para mejorar la página y facilitar tu navegación por ella necesitamos que aceptes nuestras cookies. ¡Muchas gracias y oramos por ti!