HOY VIVE DE CRISTO POR MEDIO DEL SALMO RESPONSORIAL

Hoh vive de Cristo de la mano de sor María Jesús, con la sección: Salmo responsorial ¡feliz domingo!

SALMO RESPONSORIAL

Día 2 de octubre, domingo XXVII del Tiempo Ordinario, ciclo C
Salmo 94

Escucharemos tu voz, Señor
Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva;
Entremos a su presencia dándole gracias, vitoreándolo al son de instrumentos.
Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque El es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que El guía.
“No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto,
Cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras”.

Habacuc vive en un contexto adverso donde la injusticia y opresión son manifiestas, y muestra el vigor de su fe que le lleva a tener confianza y serenidad. Admite que el pueblo es pecador, pero pregunta a Dios por qué permite que un pueblo extranjero, en teoría, todavía más pecador que ellos, les oprima. Conversa con Dios y Dios le responde. El malvado vive regido por la falsedad, y el justo, el santo, vive por su fe. El mal presente en el mundo, aunque esté permitido por Dios, no tiene solución desde la lógica, sino que es un misterio de amor, de gracia y de salvación, que dan sentido a la realidad. Para el creyente, lo que la fe le aporta, es ya una gracia: el impío carece de esta experiencia. En medio de tu dolor o de las dificultades, experimentar que Alguien que te ama está contigo y te sostiene, que recibes nuevas fuerzas cada mañana para afrontar cada dificultad, es una gracia que te viene con la fe. Experimentar la compañía de Jesús que nos ha dicho que está con nosotros hasta el fin del mundo, es muy grande.

Veamos el salmo responsorial a esta lectura del profeta. Nos propone la Iglesia el salmo 94 (95), uno de los salmos invitatorios de la liturgia actual. Es un Himno a Yahveh, Señor del universo y pastor de Israel, Dios de Israel. Desde el primer verso recibimos la invitación a alabar al Señor reconociendo sus atributos y las obras que hace a favor de sus siervos. Tiene un tono festivo y alegre. Aunque al final hay una palabras de amonestación, justamente las últimas que cantaremos, que son reproducidas del Pentateuco, del episodio de Éxodo y Números, cuando el pueblo se amotinó contra Yahveh. Por esto se ha visto que podía haber sido usado en alguna liturgia festiva donde se da la invitación a entrar con alegres cantos en el templo, lugar de la presencia de Dios (versos 1-5), y después a escuchar la voz del sacerdote (versos 6-7). Y por fin vendría la voz del profeta que en nombre de Dios amonesta para que el pueblo de hoy obtenga el favor del pastor, recordándole el episodio de la gran rebeldía, donde el pueblo rebelde no disfrutó al fin de la promesa, y alertado el pueblo actual acoja la promesa y la disfrute. (8-11).

En el salmo entero sólo cantamos unos versos, apreciamos que hay una repetición de la invitación a la alabanza y de los motivos para ella. Como es propio de todos los himnos de alabanza se inician por una invitación. En este salmo el autor quiere alabar en comunión con otros; por eso invita: “Venid”, “demos vítores a la Roca” “entremos a su presencia dándole gracias” y enseguida empieza a declarar los motivos que son el reconocimiento de la superioridad de Dios, Creador, sobre toda la creación, que le pertenece; sobre todos los dioses de la tierra, todo le pertenece por lo tanto y también es creador de su pueblo, del hombre. Estos motivos están expresados con recursos poéticos que hacen que lleguen más profundamente. Dios tiene en sus manos la tierra, esto ya indica que quiere tener relaciones con su creación. El hombre es la principal obra de su creación y también quiere tener relación con nosotros. En este salmo encontramos expresiones bellísimas y apropiadas para dirigirnos a Dios. A veces nos parece que no sabemos decirle nada. Hoy la Palabra tanto del profeta como el salmo, nos dan un lenguaje muy apropiado del que podemos adueñarnos para hablar con Dios.

Pablo muestra gran fortaleza cuando exhorta a Timoteo a continuar la tarea fatigosa de la evangelización: la fe es siempre don, gracia de Dios, y tarea, que lleva a buscar recursos para reavivarla y consolidarla. Nos ayuda a ello la liturgia cada domingo. En la misa proclamamos el credo de nuestra fe, pero… sirve de poco si lo hacemos rutinariamente, hay que hacerlo conscientes ¿Crees en Dios Padre? ¿Crees en Jesús su Hijo, tu Salvador? Entonces vives como hijo de Dios, entonces gozas con la salvación ¿Crees en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida? ¿Vives? O más bien pasas la vida, ¿eres sincero? Si Dios es Señor, tú eres siervo. Dios siempre tiene hacia su pueblo amor y fidelidad, y el pueblo ha de responder con acogida y confianza.

La fe no puede reducirse a una actitud positiva ante la vida o a un tono de autoconfianza, la fe siempre tiene relación con Dios y con lo que Dios hace en Jesús. La fe es apertura al poder de Dios. Lo interesante de la parábola no es lo que dice el amo sino cómo entiende el siervo su tarea. Dios es Dios, nosotros criaturas.

Feliz domingo gozando de pertenecer a Dios: Amor y Misericordia, y que aproveches todas las palabras del salmo para vincularte más con Dios, la Roca firme de tu fe, tu Creador y salvador. Tu Amor. Hoy y siempre escucharemos tu Palabra, su voz. Amén.

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