HOY VIVE DE CRISTO POR MEDIO DEL SALMO RESPONSORIAL

Queremos vivir de Cristo este verano, y hoy de la mano de Sor Maria Jesus , con la sección: Salmo responsorial ¡Feliz día! 

SALMO RESPONSORIAL

Día 14 de agosto, domingo XX del Tiempo Ordinario, ciclo C

Salmo 39, 2.3.4.18
Señor, date prisa en socorrerme


Yo esperaba con ansia al Señor, Él se inclinó y escuchó mi grito.
Me levantó de la fosa fatal, de la charca fangosa
Afianzó mis pies sobre roca y aseguró mis pasos.
Me puso en la boca un cántico nuevo, un himno a nuestro Dios.
Muchos, al verlo, quedaron sobrecogidos y confiaron en el Señor.
Yo soy pobre y desgraciado, pero el Señor se cuida de mi;
Tu eres mi auxilio y mi liberación: Dios mío, no tardes.

 

¡Pobre Jeremías! su vida entera con palabras y obras fue una profecía de la de Cristo. Preanuncia con sus palabras a la Palabra de Dios, que se encarnará en Jesucristo, y toda su misión. Jeremías anunció valiente lo que recibía del Señor como voluntad suya para el pueblo, y eso crea un gran rechazo hacia él, porque lo que querían oír eran victorias y el Señor les anuncia derrotas. Muchas veces ser fieles en vivir y anunciar a Cristo nos acarrea persecuciones, desprecios, oposiciones a nuestro alrededor. ¿Qué toca hacer? como hicieron la nube de testigos de la segunda lectura, toca ir renunciando al gozo inmediato, igual que su Maestro, Cristo, y soportar la cruz sin miedo al desprecio y a la ignominia. Y aceptar vivir lo que vivió su Señor.

Cantamos, por lo tanto, este salmo como lo haría Jeremías cuando ya le llegaba el lodo al cuello, apresurando al Señor para que actúe la salvación: “Yo esperaba con ansia al Señor… Me levantó de la charca fangosa”. Es casi textual el salmo con la experiencia del profeta Jeremías, aunque en el título aplican la autoría a David. También este salmo 39(40) es bastante largo y cantamos solamente unos versículos del principio y del final.

Este es un salmo compuesto, podíamos decir, de dos salmos independientes pero un versículo central los reunifica haciendo un todo. Los primeros versículos (2-11) son un canto de alabanza individual por la fidelidad de Dios liberador y sus continuos favores. El autor del salmo, primero expresa la confianza por todo lo ya recibido, de una manera general sin nombrar hechos o actuaciones concretas, y lleva con este recurso didáctico a la siguiente parte (12-18) que es una súplica apremiante para ser liberado de los males que lo acosan; se suceden las quejas, la petición y las expresiones de confianza. Los males se identifican con las culpas, por lo que el desahogo y la confesión son el comienzo del alivio.

Dos enseñanzas muy útiles para todos nosotros. Desahogarse con el Señor en la oración, con un hermano… y confesar, asumir, la parte de responsabilidad que tenemos en los males personales y universales.

Los salmos de petición o súplica suelen empezar con una introducción hímnica de alabanza que busca preparar o predisponer el ánimo divino a favor del orante. Algo así como hacen los niños camelando a sus padres para conseguir lo que les pedirán. En este caso en lugar de un versículo o dos, son tantos, que componen un salmo por sí mismo, pero unido a la súplica posterior.

Jeremías siendo fiel a Dios es visto como enemigo del pueblo sobre todo de los que ostentan el poder. Deciden eliminarlo para que no influya en el pueblo pero Dios le rescata por medio de un extranjero. Aunque nos contemplan los vencedores, los santos, como escuchamos en Hebreos, y Jeremías ha sido objeto de salvación, por lo que puede ser un tipo o ejemplo para nosotros, nos pide el texto fijar los ojos en Jesús, que con sus palabras remueve los cimientos de la injusticia, cuestiona la supuesta paz que solo es de aquellos que tienen las riendas de la situación actual.
El Evangelio es fuerte, el Príncipe de la paz dice que ha venido a prender fuego y a crear división. La división que se da cuando realmente sigues al Señor con todos los que ignoran su llamada y su existencia. El fuego del Espíritu que ojalá estuviera ya ardiendo en cada uno de nosotros, especialmente, este mes de agosto que, en su centro, tiene el Misterio de María elevada en cuerpo y alma al cielo, cuando la invocamos nos apaciguamos totalmente. Puedes experimentarlo. María es Reina de la Paz porque es la Madre misericordiosa que acoge a todos. ¡Cuántos solo se acercan a Dios o a la iglesia en una fiesta de María! ¡Lo que se pierden! por no ir a menudo a la fuente de la gracia. Chapotean en el lodo, pudiendo afianzarse sobre roca firme y cantar un cántico nuevo.

Felices días

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