HOY VIVE DE CRISTO POR MEDIO DE LA BELLEZA Y DEL SALMO RESPONSORIAL

Queremos vivir de Cristo este verano, y hoy de la mano de Sor Inés, con la sección: Belleza. ¡Feliz día!

Resguardado con escudo de arte noble
Adornado por miliares de alta historia
Erguido como en llama de profeta…
DOMINGO, celebramos tu memoria.

Del celo por la Vida tu alma sueña,
La Verdad enarbolas como emblema,
La Palabra encarnada llegue a todos…
Será el afán en tu familia entera.

Aquí, rompiendo la garganta en alabanzas
Por el Dios que en Amor se ha derramado
Cual chispas de la Llama se levantan
A contemplar el Rostro del Amado.

Enganchan con el llanto de su Padre
Del celo porque a Cristo no han llegado
Difundiendo el Amor por todas partes
Y en la Hoguera sus pies bien asentados.

Predicadores todos de la Gracia
Tu familia, Domingo, hoy veneramos
A Cristo que conserva en nuestra Iglesia
La Orden que empezó hace ochocientos años.

Tus hijos le gritamos hoy al mundo:
Que Cristo vive y los está amando,
Que dejen sus pobrezas y riquezas
Y confíen el Él, que los está salvando.

Año de Jubileo, año de Gracia
Junto a la Madre y el rosario en mano,
Queremos darte gracias hoy tus hijos
Por la preciosa herencia que nos ha dejado.

Laudare, benedicere, praedicare
Cantamos hoy al mundo tus heraldos
Pues la victoria de la vida está ganada
¡¡¡ cantemos aleluya, mis hermanos !!!

 

Queremos vivir de Cristo este verano, y hoy de la mano de sor Mª Jesús, con la sección: Salmo responsorial. ¡Feliz día!

SALMO RESPONSORIAL


Día 7 de Agosto, domingo XIX del Tiempo Ordinario, ciclo C

Salmo 32, 1 y 12. 18-19.20 y 22
Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que Él se escogió como heredad.
Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme; en los que esperan su misericordia,
Para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.
Nosotros aguardamos al Señor, Él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

Termina la primera lectura del libro de la Sabiduría diciéndonos que empezaban a cantar los himnos tradicionales. Uno de estos himnos tradicionales bien podía ser este salmo que nos propone la Iglesia como respuesta: “dichoso el pueblo a quien Dios escogió como heredad”. Este es el verso del salmo 32 que repetiremos. La 1ª lectura está haciendo memoria agradecida de la noche que prefigura la Pascua, noche de liberación para el pueblo; cuando experimentaron que la salvación no se da de una vez sino en promesa, y se va realizando a medida que van caminando confiados; esto alienta a caminar esperanzados y vigilantes; también captamos cómo la fe tiene carácter comunitario desde los principios. Y concuerda con lo que Jesús en el evangelio nos pide.
La respuesta es por tanto comunitaria nos repetimos que somos dichosos porque somos el pueblo elegido por Dios. Todos tenemos experiencia de haber sido elegidos alguna vez para algo o por alguien y seguro que recordamos cómo nos hacía sentir valorados, estimados. Dios nos ha elegido para ser suyos, sus hijos, para guiarnos y formar parte, por el bautismo, de su pueblo. Sin duda es la mejor elección que nos ha podido suceder, y reconocemos que eso nos hace dichosos, felices.
Es Dios quien escoge a su pueblo, ésta es una experiencia muy fuerte, sublime para el pueblo de Israel desde los principios. Se han sentido siempre elegidos, predilectos de Dios, han notado en hechos concretos, como la liberación de Egipto, la poderosa actuación de Dios en su favor.
El salmo 32 es un salmo bastante largo, por lo que cantaremos solo unos pocos versículos. Es un canto a la palabra creadora de Dios, que ha hecho cuanto existe, y a sus designios humanos por los que conduce a su pueblo por caminos de vida y salvación.
Ya dijimos que los salmos son poesías; el autor usa contrastes, y semejanzas, recurso literario, para afirmar el señorío de Dios, pero como no cantamos todo, esta parte se omite.
Este salmo tiene forma de himno. Vemos al comienzo, como es característico de todos los himnos, una invitación a la alabanza dirigida a los justos, que es todo el pueblo con sentimientos religiosos; corresponde a esta 1ª parte el primer verso que cantamos. En la 2ª parte aparecen los motivos de alabanza a Dios: por su palabra creadora, por sus designios sobre la historia humana, para ayudarnos a percibirlos nombra actos concretos que se omiten en la liturgia de este domingo pero que puedes leerlos en la Biblia y disfrutar orando con ellos. Y finalmente, 3ª parte, pide una actitud de reconocimiento orante a toda la tierra. Canta la aplicación concreta del gobierno liberador de Dios en beneficio de los que entonan este himno, les lleva a la confianza en Dios que vela y conduce. De esta parte cantamos los versículos finales. Nada escapa a sus ojos para poder manifestar su santidad y amor, proclamando gozosamente la confianza en Dios.
¡Qué bello! Dios mira a los que esperan en su misericordia para reanimarlos, si lo necesitan, porque no olvida su elección por nosotros.
¡Atención! nos pillamos las manos si decimos con el corazón “que tu misericordia Señor, venga sobre nosotros como lo esperamos de Ti”. Ya nos dice Jesús en el Evangelio que estemos vigilantes, que esperemos su llegada cargada de gracias para acogerlas. Y con el salmo le respondemos: “Nosotros aguardamos al Señor, él es nuestro auxilio y escudo”
Son oraciones bellísimas que podemos repetir al Señor durante esta semana…y siempre.
Este mes de agosto está lleno de fiestas patronales que reúnen a muchos familiares, amigos y paisanos para celebrar al santo protector o a la Virgen María. Parece que este sentimiento de ser pueblo está más cercano a todos; incluso, a veces, hay concursos a ver qué pueblo de la comarca está más cuidado, tiene mejor organización…y todos a colaborar. Sería bueno alegrarnos también de ser el pueblo elegido por Dios, de pertenecer a un pueblo concreto, a una comunidad y celebrar juntos con alegría los misterios de Dios, la cercanía de los Santos y la protección de María. Nosotras también estamos celebrando un triduo en torno a la solemnidad de Santo Domingo dentro del año jubilar que estamos viviendo. Nos alegramos de pertenecer a la Iglesia, y dentro de ella a la familia de Santo Domingo.

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