• 1

LA VERDADERA PUREZA.

14 Llamó otra vez a la gente y les dijo: « Oídme todos y entended.

15 Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.
16 Quien tenga oídos para oír, que oiga. »
17 Y cuando, apartándose de la gente, entró en casa, sus discípulos le preguntaban sobre la parábola.
18 El les dijo: « ¿Conque también vosotros estáis sin inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que de fuera entra en el hombre no puede contaminarle,
19 pues no entra en su corazón, sino en el vientre y va a parar al excusado? » - así declaraba puros todos los alimentos -.
20 Y decía: « Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.
21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos,
22 adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez.
23 Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre. » (Mc. 7, 14-23)

Los fariseos, con las tradiciones de los rabinos, eran muy meticulosos; por ejemplo: se lavaban las manos antes de comer para tener en ellas una pureza legal. Hoy en día nos lavamos las manos por cuestión de higiene; pero ello no nos hace más puros, como afirmaban los fariseos…

Los discípulos no seguían estas leyes y son criticados ante Jesús. Él no defiende ni ataca la limpieza, pero sí va al fondo del asunto: la pureza está en el corazón y no en las prácticas externas. Lo que hace impuro al hombre es lo malo que sale de su corazón. Y comienza a enumerar ante el pueblo y ante los discípulos una lista de pecados que hay que tener en cuenta, son los mandamientos de Dios que están inscritos en el corazón del hombre: no a los malos pensamientos, ni a la inmoralidad, ni a la codicia, ni a la envidia…

Sabe Jesús que la raíz de todos estos males habita en el hombre y nos alerta para que no nos dejemos llevar de estos fieros impulsos. San Pedro dice que están merodeando en la vida del hombre, como león rugiente dispuesto a devorarnos y meternos en el mal… Pero es más grande la fuerza de la gracia y como lucha a nuestro favor, podemos vencerlos… “Si Dios está con nosotros, ¿quién podrá apartarnos de su amor?”.

Por ello, vivamos serenos, apoyados en su fuerza y no en las nuestras, pues ellas son escasas e insuficientes en esta lucha tan desigual y tenaz… Todo alimento que viene de fuera es indiferente para nuestra vida moral, con lo que Jesús afirma la bondad de los mismos: nada de lo que tomamos es impuro, sino aquello que comemos con el corazón manchado: “Todo es bueno para el Bueno” y más si se toma con acción de gracias a Dios…

Por tanto, hermanos, vigilemos nuestro corazón y mantengamos limpia nuestra casa interior, porque en ella habita Dios y es su morada, donde recibe culto y alabanza…

23C060BD 9695 49F4 B51C 4FE01FAEA571

Imprimir Correo electrónico

Gracias a Google, Norton y McAfee, te podemos garantizar que nuestra web, su contenido y los servidores desde donde se proporciona el servicio, son 100% seguros y están verificados. Puedes comprobarlo pinchando en las imágenes de abajo .
navegacion segura googlenavegacion segura nortonnavegacion segura mcafee

ImagenCookies

Hola! ¡Bienvenido a la página web del monasterio de san Blas! Nos encanta verte por aquí y esperamos que este sitio sea un lugar donde puedas encontrarte con Jesucristo Resucitado. Tan sólo queremos pedirte un favor: para mejorar la página y facilitar tu navegación por ella necesitamos que aceptes nuestras cookies. ¡Muchas gracias y oramos por ti!