DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO

CICLO C

AGRADECIMIENTO DE LOS NO ELEGIDOS

II Re. 5, 14-17

14 Bajó, pues, y se sumergió siete veces en el Jordán, según la palabra del hombre de Dios, y su carne se tornó como la carne de un niño pequeño, y quedó limpio.
15 Se volvió al hombre de Dios, él y todo su acompañamiento, llegó, se detuvo ante él y dijo: « Ahora conozco bien que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel. Así pues, recibe un presente de tu siervo. »
16 Pero él dijo: « Vive Yahveh a quien sirvo, que no lo aceptaré »; le insistió para que lo recibiera, pero no quiso.
17 Dijo Naamán: « Ya que no, que se dé a tu siervo, de esta tierra, la carga de dos mulos, porque tu siervo ya no ofrecerá holocausto ni sacrificio a otros dioses sino a Yahveh.

(v. 14)
-He aquí el relato de la curación de Naamán el sirio de la lepra por la prescripción del profeta Eliseo de lavarse siete veces en el Jordán. La eficacia de este rito (que puede parecer mágico) al estilo de los procedimientos sirios de curación, depende de la Palabra de Yahvé (Mt. 3, 13-15) ( Lc. 4, 27).

(v. 15)
-Esta curación debía convencer a los judíos de que Yahvé es el verdadero Dios y que es inútil ir en busca de otros dioses. Este Dios único mantiene relaciones especiales con el pueblo y la tierra de Israel y por eso se llevará Naamán tierra de Samaria para levantar un altar a Yahvé en Damasco.

(v. 16)
-Eliseo no admite recompensa por la curación, pues no ha sido él sino la fuerza del poder de Dios quien ha obrado el milagro. En el evangelio insistirá Jesús y mostrará que los paganos son más agradecidos que los hijos de Israel y dan más gloria a Dios con su fe y humildad (Lc. 17, 17-19).

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