• 1

AMAR ALGO MÁS QUE A DIOS, ME HACE INDIGNA DE ÉL

37 « El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a  mí, no es digno de mí. 

38 El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. 

39 El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. 

40 « Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. 

41 « Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá. 

42 « Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa. » (Mt. 10, 37-42)

 

Todos necesitamos amar y ser amados. Pero según lo que amamos, con ello nos identificamos “nos hacemos uno con esto”. De aquí que, Jesús, hoy en su Palabra, nos pone a reflexión: ¿qué es lo que amo lo primero?: Pueden ser mis parientes o mis amigos o mis bienhechores o quizás a mí mismo, por no tener a alguien “mejor” a quien amar. En mi escala de valores he de analizar la gradación de lo que es más importante para mi corazón. Siempre, será delicado este examen porque no siempre me será fácil cambiar el orden de miescalafón. Y es que, “yo soy lo que amo”, por esto, cuando la razón entra en mí para discernir, puedo negarme a hacer esta operación que, quizás, me va a llevar a un cambio, en mi forma de pensar y más a un cambio en mi vida…

Pero creo que, este, no deja de ser un camino pobre que, no me lleve de bruces a la verdad de mí mismo y de mis amores. La mejor referencia a mi razón, es el mismo Jesús con su Vida, Muerte y Resurrección. “Jesús,no buscó su propia complacencia”, y eso que, había realizado el acto más humillante para su naturaleza divina: “siendo Dios, nos recabó codiciable botín el hacerse igual a Dios. Al contrario, se despojó de su rango” y fue más allá de lo que la razón puede abarcar: “tomó la condición de esclavo y se rebajó hasta ser crucificado”. ¿Podía caber algo más en todo Dios?: Sí, lo hubo: nos confirió el ser hijos de Dios en Él...

Y ahora, descendiendo al “valle” de las exigencias de seguir a Jesús, para reinar eternamente con Él, nos parece que, sería irrisorio poner objeciones: “es que mi padre y mi madre me necesitan, por ello, en mi amor a ellos, te resto un poco de amor”. Mi corazón, se apega a ellos, de forma que, en un momento dado, no sigo la voluntad eterna de Dios, porque me pide la entrega total de mí mismo y prefiero “enterrar a mis muertos”,antes que abandonar lo que mi corazón me pide” … Podemos pensar que, Dios, nunca me pondrá en esta disyuntiva. Pero me engaño, pues, algunos escogidos, oyeron en su interior: “Tú, anuncia el Reino de Dios y pon toda tu vida en mis manos que, yo cuido de ella y de los tuyos, mejor de lo que tú lo puedes hacer”. Es verdad que, a veces, el corazón sangra. Entonces, avivemos nuestro amor a Jesús pues, también nos dijo: “carga con tu cruz y sígueme para ser digno de mí”. 

¡Oh Señor, qué duro se me hace tu mandato en frío! Es que, mi corazón necesita arder junto al tuyo, para hacer con gozo y acción de gracias, lo que me mandas que, es solamente mi bien eterno.

¡Jesús, te quiero y deseo que tu gracia sea fecunda en mí, para decir desde lo hondo de mis entrañas: “¡te amo sobre todas las cosas y sobre mí mismo!”! Qué no aparte mis ojos, ante tu imagen crucificada y de tu mano, podré decir: “¡Sí! puedo y lo quiero, ayúdame Jesús! ¡Qué así sea! ¡Amén! ¡Amen!

Imprimir Correo electrónico

Gracias a Google, Norton y McAfee, te podemos garantizar que nuestra web, su contenido y los servidores desde donde se proporciona el servicio, son 100% seguros y están verificados. Puedes comprobarlo pinchando en las imágenes de abajo .
navegacion segura googlenavegacion segura nortonnavegacion segura mcafee

ImagenCookies

Hola! ¡Bienvenido a la página web del monasterio de san Blas! Nos encanta verte por aquí y esperamos que este sitio sea un lugar donde puedas encontrarte con Jesucristo Resucitado. Tan sólo queremos pedirte un favor: para mejorar la página y facilitar tu navegación por ella necesitamos que aceptes nuestras cookies. ¡Muchas gracias y oramos por ti!