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POCOS DAN CON EL CAMINO ESTRECHO

6 « No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen. 

12 « Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la  Ley y los Profetas. 

13 « Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son  muchos los que entran por ella; 

14 mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y poco son los que lo encuentran. (Mt. 7, 6. 12-14).

 

¡Y, con “la puerta estrecha” ¡Igualmente, “Camino” y “Puerta”, se identifican, porque Jesús dijo: “Yo soy la puerta” y también: “Yo soy el camino! No miremos pues lo angosto y lo estrecho, miremos tan sólo a Cristo y todo nos resultará fácil y nada nos atemorizará, para alcanzar la vida eterna.

Y es que, acercarse a Jesús, es sentir sólo su Amor que, nos quema. Y, cuanta mayor sea nuestra cercanía,mayor será el ardor de su Corazón que, desea contagiarnos su Espíritu Santo. Jesús mismo, es quien nos invita a ir a Él: “¡Venid a mí todos los agotados por la vida, los que sentís agobio” porque, Jesús, es quien nos espera, para dejar en Él, todo lo que no separa de Él! Porque, el Amor, une, ata, estrecha contra Sí... ¿Yse puede decir que, si me hago uno con Cristo, no puedo atravesar “la puerta estrecha?”. ¡Por supuesto que sí: “el que se pega a Dios, se hace un espíritu con Él”. Ya no son dos, es uno sólo y todo él, en “la delgadez del espíritu” y de lo sobrenatural.

“¡Qué angosto el camino y qué estrecha es la puerta, para llegar a la vida!” Porque Jesús, también dijo: “Yo soy la Vida”. Y, siempre llegamos al Señor en todo lo que decimos o hacemos, porque toda nuestra vida está orientada a “los bienes de allá arriba” que, son sutilísimos y nada que ocupa lugar se nos pega, por ello,cuando reducimos nuestro ser, al ser de Jesús, a un solo Espíritu con Él, atravesamos “la puerta estrecha”,con holgura. Y, entramos y salimos sin que nada nos roce o nos hiera. Y, nuestros pasos, serán seguros,aunque la senda que transitamos sea muy estrecha: nuestros pies se posan en las huellas de Cristo y nada nos desvía a derecha o izquierda. “! Sólo hay un Nombre y un Hombre, bajo el cielo y la tierra y este es Jesús, el Señor: ¡Dios con nosotros”! ¡Él, lo es Todo y su Palabra es santa, por ello, seguirla es prudencia sobrenatural! ¡Sólo Ella nos salva y nos conduce a los brazos del Padre, aunque pensemos que es imposible de seguir! ¡Sin la gracia, todo nos parecerá, a nuestro ser débil, imposible, pero con ella lo podemos todo,“sin Mí, no podéis hacer nada”

¡Señor, contempla nuestro barro! ¡Qué nuestra impotencia y fragilidad, despierte en tu Corazón, un deseo divino de remediarnos, en Ti y contigo y abra la puerta de tu misericordia! ¡Que esta puerta, será estrecha para los preciados de sí mismos, los que no quieren reconocer su miseria y su pecado! ¡La autosuficiencia, no se compadece con el Corazón de Jesús que, es todo Amor y Don y sólo sacia a los hambrientos y sedientos de Él, aquellos que tienen un gran vacío de sí mismos y que, están preparados para llenarse y “hacer así, un cielo en la tierra de su corazón”! Estos seres privilegiados, viven en el mundo, pero ya no son del mundo, porque se alimentaron de la Palabra de Dios y de la Eucaristía y son en verdad, hijos de Dios. Sus nombres, están escritos en “el Libro de la Vida” que, tiene Jesús y los reconoce como suyos.

¡Oh, qué buen estado de vida, aún en la tierra que, sólo les falta “romper la tela” sutilísima de este dulce encuentro con Dios! ¡Qué, así se haga, por tu amor y misericordia en nosotros!! ¡Amén!

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