SED PERFECTOS, COMO VUESTRO PADRE LO ES

38 « Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. 

39 Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: 

40 al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; 

41 y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. 

42 A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda. 

43 « Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. 

44 Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, 

45 para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. 

46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? 

47 Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? 

48 Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial. (Mt. 5, 38-48)

 

Estas palabras de Jesús, son lo más puro del Evangelio. Pero no son sólo prédicas, sino que detrás de ellas está reflejada toda la vida de Jesús. ¿O no es Él el primero que, no se vengó de sus enemigos y cuando lo abofeteaban en la mejilla, puso la otra? Y no sólo eso, sino que, expuso todo su Cuerpo Santo a los latigazos despiadados y a los agravios. Y cuando le arrancaron el manto, no protestó, siendo ésta, la túnica más sagrada que nunca ha existido. Pero a Jesús, no le pidieron, sino que, le arrebataron y arrancaron todo: su Cuerpo, su dignidad y honor, ¡y era a Dios a quien maltratábamos en su Persona! ¡Y hasta el final de su vida, hizo un acto heroico, perdonando a sus verdugos y disculpándoles ante el Padre! Y todo esto, porque Jesús es la imagen perfecta del Padre: “quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”. La perfección del Padre es la perfección de Jesús, por esto, puede decirnos que: “seamos perfectos como el Padre Celestial es perfecto”

¿Que esto es un programa de vida inalcanzable para nuestra debilidad humana?: ¡Claro, no es solo difícil sino imposible! Sólo la gracia de Cristo puede realizar en nosotros estas maravillas.

Nuestro corazón, está herido de hábitos que no son divinos sino inspirados por el Maligno. Y, veladamente,nos dice Jesús, que no nos venguemos ni ante pequeños agravios, ni ante grandes. Y es que sólo El, conoce lo que hay en el corazón humano. Es verdad que: “hago lo que no quiero y lo que quiero, no hago”. Y es que, una ley inclinada al mal nos reclama para sí…

Pensaba ahora delante del Señor, ¿por qué la venganza aparece siempre? Esto lo sabían bien los de la Ley antigua, anteriores a Cristo: “ojo por ojo y diente por diente”, decían: ¡esto es lo justo! Y es que, el deseo de venganza, está como anidado en un soporte duro y pesado, así como los nidos de las cigüeñas que, llegan a pesar toneladas. Y sólo Cristo, con su Vida, Muerte y Resurrección, ha podido quebrantar “este nido” que,es nuestro corazón y derramar sobre él, el amor. ¡Es el amor el que cambia esta venganza, haciendo otra criatura nueva! ¡Es el amor de Cristo, su Espíritu Santo, el que entrando en el alma que, está en gracia, en amistad con Dios, transforma y limpia nuestro corazón de forma que ni yo mismo me conozco, ¡después de esta operación divina!

Así las cosas, no nos queda otro reducto que la oración confiada a Dios, para que se dé este milagro. Mis fuerzas, no son capaces, tampoco mi buena voluntad y deseo. Y mi conocimiento sobre esta acción de bondad y amor hacia el que me ofende, no lo sabría, si no fuera por la gracia de Dios que, me lo regala. Pue,¿cómo desear lo que no sé, ni conozco?

¡Oh Señor, en tu bondad y misericordia, dame el mismo perdón y Amor de Cristo! ¡Quiero ser digno hijo de tan excelso Padre, y hermano de tan divino Hermano!

¡Si para esto te encarnaste Jesús, no te extrañas de mi oración y deseas escucharla, ya y ahora! ¡Gracias mi Señor y mi Dios! ¡Amén! ¡Amén!

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