DOMINGO XXVI (T. Ordinario)

CICLO C

LA VERDADERA SEGURIDAD

Am. 6, 1a.4-7

1 ¡Ay de aquellos que se sienten seguros en Sión, y de los confiados en la montaña de Samaria, 4 Acostados en camas de marfil, arrellenados en sus lechos, comen corderos del rebaño y becerros sacados del establo,

5 canturrean al son del arpa, se inventan, como David, instrumentos de música,

6 beben vino en anchas copas, con los mejores aceites se ungen, mas no se afligen por el desastre de José.

7 Por eso, ahora van a ir al cautiverio a la cabeza de los cautivos y cesará la orgía de los sibaritas.

(v. 1)    -   Se apostrofaron los profetas como Amós y de igual manera habló después Jesús (Lc. 6, 24) “Ay de vosotros los ricos…” (Is. 5, 8-23( (Ha 2, 68).

(v. 1a)   -   Es quizá una relectura propia de Judá (3, 1) (Os. 1, 7). “… seguros en Sión”. Los confiados en la montaña de Samaría (Jr. 5, 12-13).

(v. 1b)  -   Estos notables de Sión a los que va todo Israel para tributarles homenaje, pedir consejo y reclamar justicia, estos “ricos” no velan, son “descuidados”, “Los descuidados de Sión” (1a).

(v. 4-7) -   Y va Amós poniendo ante nuestros ojos su molicie y sibaritismo: “camas de marfil” (3, 15); comidas opíparas; “cantos” para amenizar sus fiestas, “inventando instrumentos para música” como David (Ne. 12, 36) (I Cro. 23, 5); bebidas abundantes y ungüentos caros para ungirse… ¡Ay de vosotros que “no os afligís por el futuro desastre del reino de Israel

             -   Todo se acabará en el cautiverio y estas orgías serán como un sueño (Ap. 18, 14)

I Tim. 6, 11-16

11 Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de estas cosas; corre al alcance de la justicia, de la piedad, de la fe, de la caridad, de la paciencia en el sufrimiento, de la dulzura.

12 Combate el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y de la que hiciste aquella solemne profesión delante de muchos testigos.

13 Te recomiendo en la presencia de Dios que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que ante Poncio Pilato rindió tan solemne testimonio,

14 que conserves el mandato sin tacha ni culpa hasta la Manifestación de nuestro Señor Jesucristo,

15 Manifestación que a su debido tiempo hará ostensible el Bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y el Señor de los señores,

16 el único que posee Inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien no ha visto ningún ser humano ni le puede ver. A él el honor y el poder por siempre. Amén.

(v. 11)  -   El Apóstol exhorta solemnemente a Timoteo y se dirige a él llamándole “hombre de Dios”, no sólo porque como cristiano es siervo de Dios y está al lado de Dios, sino porque como los profetas del Antiguo Testamento mantiene una relación muy estrecha con Dios, a quien ha consagrado toda su vida por su vocación. Como no puede servir a dos señores, debe huir del vicio de este mundo: la codicia (Mt. 6, 24; I Tim. 6, 9-10). Como en una competición ha de tender a otra meta: a las virtudes que se ordenan a su relación con Dios: “piedad” y con los demás hombres: “justicia”, a las virtudes fundamentales cristianas: “fe, caridad, paciencia y mansedumbre” que soporta los pecados y deficiencias de los hermanos. Esta es la plenitud del hombre interior en todas las virtudes humanas y cristianas.

(v. 12)  -   La vida cristiana es un glorioso “combaste” que se lleva adelante con la virtud de la fe (I Cor. 9, 26s; Fp. 1, 30), Su premio es “la vida eterna”. Dios en su benevolencia ha llamado a esto a Timoteo y él ha respondido haciendo una “hermosa confesión de fe” ante muchos testigos. No se puede determinar cuando la hizo, si el día de su bautismo, que en los primeros tiempos se hacía solemnemente y el bautizado profesaba la vida eterna o el día de su consagración como presbítero (4, 14; II Tim. 2, 2).

(v. 13)  -   En forma solemne, como un conjuro, Pablo se dirige a su representante y pone como testigo a Dios, como creador y salvador de la vida natural y sobrenatural y a Jesucristo que bajo Poncio Pilato (su mención refuerza el tono “oficial” de este testimonio de fe ante los perseguidores o en el bautismo), con su sufrimiento y muerte en cruz dio testimonio glorioso de que era el Mesías e Hijo de Dios.

(v. 14)  -   Timoteo “sin marcha e irreprensible” ha de “guardar el mandamiento”, la fe cristiana hasta la llegada de Jesucristo en su segunda venida. Aparición regia, súbita y próxima de Jesís. Este es el gran deseo del corazón de Pablo para Timoteo.

(v. 15-16)-Sólo Dios conoce el “debido tiempo” de este advenimiento. Y termina la exhortación con una alabanza hímnica a Dios. Esta doxología (v. 16) está inspirada en un himno litúrgico (1, 17). Abarca siete fórmulas de inspiración bíblica trasladadas al lenguaje helenístico, contra todo culto rendido a hombres y toda pretensión de entender el secreto de Dios. Dios tiene la plenitud del poder, es Señor de todo y está por encima de todo lo caduco. No como el poder de los reyes y señores de este mundo, aunque se intenta a veces divinizar su culto. Sólo Dios posee inmortalidad y vive en la “región inaccesible de la luz”, ningún hombre le puede conocer si la gracia de Dios no lo eleva a su luz.

             -   La oración concluye con una alabanza al poder eterno e ilimitado de Dios, como si el Apóstol sólo descansara en la “adoración a Dios”.

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