DOMINGO XXV (T. Ordinario)

CICLO C

USO RECTO DE LAS RIQUEZAS

Am. 8, 4-7

4 Escuchad esto los que pisoteáis al pobre y queréis suprimir a los humildes de la tierra,

5 diciendo: « ¿Cuándo pasará el novilunio para poder vender el grano, y el sábado para dar salida al trigo, para achicar la medida y aumentar el peso, falsificando balanzas de fraude,

6 para comprar por dinero a los débiles y al pobre por un par de sandalias, para vender hasta el salvado del grano? »

7 Ha jurado Yahveh por el orgullo de Jacob: ¡Jamás he de olvidar todas sus obras!

             -   Amós es el guardián del orden moral, que llamamos hoy ley natural. Amenaza con castigo a las naciones, igual que a Israel, porque han atropellado el orden moral. El lujo de los grandes es un insulto para la miseria de los oprimidos y el esplendor del culto encubre la ausencia de una religión verdadera.

(v. 4-6) -   Estos oráculos (v.4-14) se insertan después de la cuarta visión (la canasta de fruta madura) porque justifican y desarrollan el anuncio del fin contenido en la cuarta visión. Paralelos: 2, 6-8; 4, 1.

             -   El novilunio (Lv. 23, 24) lo mismo que el sábado (Ex. 20, 8), interrumpía las transacciones comerciales. (Dt. 25, 13; Mi. 6, 10-11; Os. 12, 8)

(v. 7)    -   “El orgullo de Jacob” puede designar un atributo de Jahvé (Is. 15, 29; Am. 6, 8) donde afirma la arrogancia de Israel, puede servir de base a un juramento, o también la tierra de Yahvé, Palestina (Sal. 47, 5)

I Tim. 2, 1-8

1 Ante todo recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres;

2 por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad.

3 Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador,

4 que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad.

5 Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también,

6 que se entregó a sí mismo como rescate por todos. Este es el testimonio dado en el tiempo oportuno,

7 y de este testimonio - digo la verdad, no miento - yo he sido constituido heraldo y apóstol, maestro de los gentiles en la fe y en la verdad.

8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar elevando hacia el cielo unas manos piadosas, sin ira ni discusiones.

             -   He aquí la segunda parte de esta carta de Pablo a su discípulo y representante Timoteo, en el que da instrucciones importantes para la vida cristiana comunitaria, sobre todo en lo relativo al culto (v. 1-15).

             -   Lo primero que exige el Apóstol es que la oración de los cristiano incluya a todos los hombres,, especialmente a las autoridades (v. 1-7)

(v. 1-2) -   Los actos de culto, en los primeros cristianos estaba en íntima relación con la tradición de la sinagoga judía y se servía de las formas reglamentadas por ésta. Pero en los pueblos misionados por Pablo, se concedía un amplio margen en los actos de culto a la actividad carismática de los cristianos dotados del Espíritu, que se manifestaba en el hablar en lenguas y en la profecía. Pablo pide que en la asamblea, además de estos dones especiales, haya orden (I Cor. 14, 33) y se hagan oraciones públicas en común que sean expresión de la vitalidad de la comunidad. Muy probablemente estas oraciones seguían a la lectura de la Sagrada Escritura y a su interpretación: “peticiones, oraciones, súplicas, acciones de gracias” es la oración en todos sus aspectos y ésta es para “todos los hombres” sin excepción (Mt. 5, 45). Y se especifica “los reyes” y “las autoridades”. Nerón, en aquel tiempo. Junto al deber de obedecerlos, está el de orar por ellos (Rm. 13, 1-7). “Para que podamos llevar una vida tranquila y pacífica”. Este es el fundamento de estas oraciones y es independiente de la situación momentánea del cristiano y de la autoridad estatal, aunque el que la ejerza sea un impío, pues la voluntad salvadora de Dios es para todos:

(v. 3-4)     desde el pecado, la muerte y el juicio al conocimiento de la verdad, es decir, a la conversión y por ella a la salvación.

(v. 5-6) -   Este v. 5 es una fórmula cristiana primitiva de profesión de fe. El Dios único, vela por todas sus criaturas y entre Dios y ellas sólo hay un mediador (Hb. 8, 6; 9, 15; 12, 24), el Hombre Cristo Jesús que entregó su vida para rescatar a todos (Mc. 10, 45)

(v. 7)    -   Pablo es el “heraldo” de esta voluntad salvífica de Dios para los gentiles: “Digo la verdad, no miento”, afirmación como un juramento, pues su misión es divina, en contra de los ataques de los falsos maestros que dudaban de su autoridad.

(v. 8)    -   Ahora insiste Pablo en el modo de orar: ”unas manos puras”, es decir, el corazón moralmente limpio, sin disputas y en paz con los hermanos (Mt. 5, 23s; Mc. 11, 25). La ira y las disputas entorpecen al hombre en la oración y en el culto divino (Mt. 6, 12). Son pecado que Dios aborrece.

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